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viernes, 5 de julio de 2019

SACERDOCIO CRISTIANO, ¿CUALES SON SUS SACRIFICIOS?




     El autor de Hebreos declara que las funciones de los sacerdotes consisten en presentar las ofrendas con arreglo a lo que la ley establece (Heb. 8:4). Los sacerdotes que oficiaban en el marco del pacto mosaico tenían sus funciones perfectamente determinadas en la Torah. Sin embargo, en la configuración del sacerdocio en el Nuevo Pacto la mayoría de los cristianos, que en virtud de ese pacto son sacerdotes, no tienen en muchas ocasiones la menor idea de cuáles son las ofrendas que corresponden a su ministerio.

     Es el apóstol Pedro quien en su primera epístola declara
que los creyentes en Jesucristo, salvos por su gracia conforman un edificio espiritual del que forman parte como piedra vivas y para oficiar como sacerdotes santos ofreciendo sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. (1Pe. 2:5)

    
Reflexionando sobre esta cuestión, debiera parecer extraño a cualquiera tener otorgado un oficio sin saber en qué consiste. El apóstol un poco más adelante, en el versículo 9, se refiere a la misión de anunciar la grandeza o la excelencia de Jesucristo. 1Pe 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes (gr. ἀρετή excelencias, grandezas, en el sentido de proezas, hazañas) de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. Sin embargo el énfasis de ésta misión que puede ser de anunciar, testimoniar, o ser embajador, no tiene la connotación propia de un sacerdote, que como hemos visto en el principio, es la de presentar ofrendas. Así que tendremos que buscar en otros lugares del Nuevo Testamento cuales son.

     Antes de nada, debemos saber, como nos lo declara Hebreos 7:12, que “cambiado el sacerdocio –por Cristo-, es también necesario UN CAMBIO DE LEY. Este un texto que parece que a los legalistas se les pasa por alto continuamente, y ellos siguen pensando en clave del pacto y de la ley mosaica.

    
El cristiano redimido ya no se encuentra bajo la ley de Moisés, si fuere judío, ni bajo la ley de la conciencia, si no lo fuera. Está bajo LA LEY DE CRISTO (1Co.9:20-21; Gal. 6:2; Fl 3:9; St. 2:25 y 2:12). Ya no tiene que hacer sacrificios expiatorios como en el viejo pacto, porque Jesucristo, con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados (Heb. 10:14), pero ello no quiere decir que los sacerdotes del NUEVO PACTO no tengamos un sacerdocio activo, solo que nuestras ofrendas ya NO SON CRUENTAS, como cuando tenían por objetivo expiar los pecados (He. 10:18), porque ya fueron expiados en la cruz, sino ESPIRITUALES como ya hemos citado antes en 1Pe. 2:5. Así que los sacrificios que ofrecen los sacerdotes del Nuevo Pacto, con arreglo a la ley de Cristo, son los siguientes:

1º.- LOS CUERPOS EN SACRIFICIO VIVO. Rom. 12:1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis VUESTROS CUERPOS EN SACRIFICIO VIVO, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. El cuerpo, dice el apóstol Pablo, es para el Señor, y el Señor para el cuerpo. (1ª Cor. 6:13). Y en 6:20 añade: “glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.  

2º.- SACRIFICIOS DE ALABANZA. Heb.13:15 Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, SACRIFICIO DE ALABANZA, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. La confesión del nombre de Cristo ha llevado en muchas ocasiones a millones de cristianos a la persecución y al martirio. Esto no se refiere a cantar los domingos en la iglesia, sino a confesarle delante de los hombres y no avergonzarnos de ser sus discípulos. Fil. 2:11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Además tiene bendición: Mat. 10:32 A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Mientras que negarle también tiene consecuencias: Mat 10:33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres,  yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.

3º.- HACER EL BIEN, Y AYUDARNOS MUTUAMENTE. Heb. 13:16 Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de TALES SACRIFICIOS se agrada Dios. Si bien debemos hacer bien a quienes nos rodean, la familia de la fe, nuestros hermanos en Cristo deben ser objeto preferente de nuestra solidaridad y cariño: Gal 6:10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. Es un sacrificio espiritual, una ofrenda que agrada a Dios. Gal. 6:2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.

4º.- AYUDAR EN LAS NECESIDADES DE LOS HERMANOS QUE EXTIENDEN EL EVANGELIO. Fil. 4:18 Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia;  estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, SACRIFICIO ACEPTO, agradable a Dios.
 

Pablo Blanco

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