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lunes, 27 de mayo de 2019

¿OPONERSE AL SABADO ES INTOLERANCIA?


 

 

 
¿OPONERSE AL SABADO QUE 'GUARDAN' ADVENTISTAS O MESIANICOS ES UNA CUESTION DE INTOLERANCIA?



     Hace unos días dialogando por Internet con un hermano, él era de la opinión de que la cuestión del sábado no tenía mayor importancia, y que situarse en una postura de oposición erá más bien un acto de 'fanatismo'. Yo sé que si no se conoce bien el trasfondo pudiera parecerlo. Al fin y al cabo el apóstol Pablo escribió que "el que hace caso del día, lo hace para el Señor, y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace." (Rom. 14:6)

     Pero el asunto no va de reunirse para tener el culto un día u otro, trabajar o dejar de trabajar en sábado, en domingo o en lunes. Ni de estar en paro y descansar incluso toda la semana o durante años.


     El problema es la herejía implica enseñar que para ser salvos es necesario estar bajo la ley de Moisés, en todo o en parte, lo cual rebaja la eficacia de la gracia, y olvida que el evangelio también nos sujeta a una ley, pero a la de Cristo. No para ser salvos, sino porque somos salvos. Y la disyuntiva es: o somos justificados por la ley de Moisés o por Cristo, o un poco por la de Cristo y otro poco por la de Moisés. Y si estamos bajo la ley de Moisés o bajo la ley de Cristo.

      De ahí que el tema tenga importancia, y no sea una cuestión de fanatismo ni de intolerancia. Es la misma cuestión que requirió que los apóstoles se reunieran en Jerusalén (Hch. 15:5, 6), para cortar de raíz la herejía que estaba arraigando por el discurso de los fariseos que habían creído, y que alarmaba a los creyentes, y los ponía en un riesgo que Pablo llegaba a calificar en su epístola a los Gálatas, como "desligarse de Cristo y caer de la gracia" (Gal. 5:4). Así que las consecuencias eran y son serias.

      Pero lo más triste, es que los que promueven la ley de Moisés, no solo quieren poner sobre los creyentes un yugo que nunca trajo justificación, sino que ellos mismos no cumplen el mandamiento tal y como fue establecido. Este argumento fue el mismo que utilizó Jesús para denunciar "la hipocresía" (y esto sí que era  un pecado. El más denunciado por Jesús, y ni siquiera está entre los diez mandamiento. Jesús dijo que los hipócritas tienen su parte en el lloro y el crujir de dientes, (Mt. 24:51), de los fariseos que de "boquilla" eran muy celosos a la hora de poner el dedo acusatorio contra los demás por no guardar el reposo, pero si caía un asno o un buey suyo a un pozo en el Shabbat, corrían a rescatarlo (Luc. 14:5, 6. Dice el versículo 6 que no le podían replicar a Jesús, y es que sabían perfectamente que ellos no guardaban el shabbat como fue dado a Moisés).

      El shabbat implicaba no se podía hacer 'obra alguna' en todo el día. Nada que implicara esfuerzo y trabajo estaba permitido. Recoger leña implicaba como castigo la muerte (Num. 15:32-36). No se podíani encender fuego para cocinar (Ex. 35: 2,3) La adaptación hecha por los judíos de nuestros días establece que no se puede hacer la comida (ni lavar los platos después de comer), ni escribir, ni cargar cualquier peso, tampoco afeitarse, ni siquiera vestirse. Tampoco conducir, ni viajar. Aunque hay que reconocer que muchos impíos gentiles que no lo guardan les facilitan las cosas, por ejemplo suministrando energía eléctrica, conduciendo transportes públicos, trabajando en restaurantes que sirven comida a domicilio, ambulancias, hospitales, policías, bomberos, etc.

     ¿Y qué pasa si se traspasa 'un poco' el mandamiento? Pues, como bien dijo Santiago, que 'cualquiera que guarde la ley, pero la ofendiere en un punto, se hace culpable de todos'. Lo podemos ilustrar así: La ley es una cadena que nos mantiene colgando sobre la condenación. No importa cuál sea el eslabón que se rompa, te caes, aunque los otros permanezcan enteros.

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